Importancia del movimiento Bean to Bar en Venezuela

7 abril, 2020

En el año 2012 llegó a Venezuela el Movimiento «Bean to bar: de la semilla a la tableta». Este concepto vio su origen hace escasos años en Estados Unidos por defensores de las cualidades del chocolate artesanal, o del verdadero chocolate como ellos mismos aluden. Entre ellos destaca Steve D´Vries, gran conocedor del cacao Chuao.

Si bien hacer chocolate de forma artesanal data de siglos, con este movimiento o filosofía se profundiza en las buenas prácticas que abarcan la calidad y la trazabilidad de la materia prima (cacao y azúcar blanca refinada), y el esmero en cada etapa del proceso de transformación de las semillas de cacao en chocolate, destacando el manejo de pequeños lotes o batches de cacao.

La motivación de los pioneros del bean to bar fue la de sacar el chocolate de las grandes industrias, alegando lo muy alejado en cualidades de sabor y aroma de esos productos del verdadero chocolate. Los conocedores y expertos en el movimiento insisten en no llamar chocolate a esos derivados industriales, sino golosina con ingredientes saturados en grasas no naturales y aditivos artificiales.

Por qué en Venezuela es tan importante este movimiento:

  • Preserva nuestra genética ancestral. Venezuela es el país con mayor biodiversidad de cacaos en el planeta.
  • Renueva nuestras plantaciones y el valor de los procesos post cosecha.
  • Afianza las Denominaciones de Origen.
  • Activa una relación directa entre chocolateros, cacaocultores e investigadores con una definida tendencia a llevar mayores beneficios económicos a los productores por sobre todas los objetivos.
  • Nos devuelve con orgullo al trabajo de la tierra e invita a los jóvenes a la siembra y el mantenimiento de las plantaciones.
  • También ofrece al mercado nacional chocolates con denominación de origen, nunca antes probados.
  • Y puede convertir a Venezuela en un país referencia mundial en la elaboración de chocolates de calidad.

 

 

Dice María Fernanda Di Giacobbe:

«Hacer chocolates desde la semilla es convertir el paisaje en recursos, beneficios y riqueza, es transportar a los consumidores a la plantación, a la vida de las comunidades cacaoteras a nuestro presente.

Cuando ustedes degustan estas tabletas se vuelven socios en este movimiento de cacao y chocolate que recorre toda nuestra geografía.

Cada consumidor, al comprarlas apoya con sus recursos la educación y fundación de escuelas, la adquisición de maquinarias y tecnología y la posibilidad de seguir llevando este mensaje a todos los estados del país. Sabemos que en los próximos años habrá muchas, muchísimas tabletas de chocolates excelentes.

Este movimiento es una chispa que enciende el orgullo por el trabajo honesto y ético, es luz y energía cargada de alianzas fundamentales con Cámaras de comercio, universidades, escuelas privadas y públicas de educación básica y culinaria.

Esta cruzada ha capacitado hasta hoy a más de 8.000 personas en el oficio del chocolate como profesión, cientos de ellos son emprendedores que viven de hacer tabletas y bombones venezolanos.

La meta es transformar el paisaje en recursos con el cacao que existe en todo el territorio nacional, abrir más espacios de investigación, experimentación y transformación de este valioso fruto; propiciar discusiones y debates que permitan profundizar nuestra realidad cacaotera y las posibilidades reales que tenemos para el presente y futuro de Venezuela, país del cacao criollo.

Trabajamos con cacao y construimos la nación que soñamos para nuestros hijos.

Venezuela ha sido por décadas un país con condiciones maravillosas y excepcionales para emprender y hacer negocios, un territorio lleno de necesidades y grandes oportunidades, con un consumidor que prueba y celebra las innovaciones.

En los últimos años Venezuela se ha convertido en una isla frente a sus países vecinos y el mundo, cada día nos vamos quedando atrás, somos hoy una hacienda decimonónica, manejada por capataces, sin visión a largo plazo, sin infraestructura, llena de miserias e intereses particulares, donde hay una moneda que sólo funciona aquí y cuyo valor nadie puede precisar.

Nadie, pero nadie debe ser pobre donde nace el cacao, allí en las plantaciones, junto a los grandes árboles, con tantas frutas y flores, en este trópico próspero y abundante en recursos naturales. Al convertir el cacao en chocolate trabajamos el presente y proyectamos nuestro futuro.

Cada emprendedor venezolano es un ciudadano transformador para la reconstrucción de nuestro país.

EN VENEZUELA SOMOS CACAO

VIVA NUESTRO CACAO

VIVA VENEZUELA»

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Fotos: Julio Osorio